1 DE MAYO ... MARCHAR Y PROTESTAR

Un nuevo 1 de Mayo, y como tal comienza el show de siempre, que el gobierno dice que mandará al congreso algunas leyes que beneficien a los trabajadores; la derecha reclama porque aun hay cesantes y propone seguir flexibilizando las leyes laborales para que los patrones contraten mano de obra barata y sin derechos; el Partido Comunista en sus negociaciones por un puestecito de poder más traiciona a la clase trabajadora; y la CUT con la CAT peleándose unos a otros por quien es el que representa a los trabajadores y sólo funcionan como conciliadores de los patrones.

Este año poco podrán esperar los trabajadores y trabajadoras de los anuncios a realizar, toda vez que tenemos un gobierno errático, con tintes realmente populistas, corroido por la corrupción y que busca intensificar el proceso neoliberal. Los empresarios siguen presionando con propuestas como congelar el sueldo mínimo, flexibilizar la contratación de gente joven y mujeres con flexibilidad de horario y laboral buscando rebajar el sueldo mínimo a estos grupos.

Durante la marcha seguramente habrá incidentes porque desde hace algunos años hay grupos de trabajador@s que ya están cansados de todo este circo, seguramente como todos los años los enfrentamientos no serán sólo contra la policía sino también contra los más burdos de los represores, representados por esos piquetes del Partido Comunista que armados con palos golpean a l@s más díscolos; no importa desde los años 60 sabemos que no podemos contar con ellos.

Por todo esto hay que apostar a la construcción de un poder popular real, que no se exprese en el mero acto de depositar un voto ni de tirar una piedra, sino en el control obrero de los medios, en la democracia directa, en la organización territorial de base construyendo grupos de autoayuda y autodefensa.

1 DE MAYO … SEGUIREMOS POR EL CAMINO DE LOS HEROES DE LA CLASE OBRERA.

AMANTE

Entre la ceniza y los escombros del Motel Tropicana se encontraron dos cuerpos. Uno el de Elisa y a su lado el de un tal Juan.

Ese día jamás imaginé que todo terminaría en el asesinato de Elisa, así que salí con completa tranquilidad, pantalón oscuro, zapatillas de lona, camisa a cuadros y chaqueta de mezclilla. Abordé los recorridos típicos del transantiago acostumbrándome poco a poco al nuevo estilo de viaje. Cuando llegué la vi ya sentada en la mesa con una cerveza en la mano, crespa de negro azabache, físico perfecto, un poco más baja que yo, vestía de oscuro con un escote pronunciado.

- Hola linda, ¿Cómo estás?

- Bien, esperándote hace 15 minutos ya

- Tu sabes, … transantiago … ¡Una cerveza porfa!

Conversación tranquila, un par de tallas, un par de insinuaciones, risas … lo de siempre. Y como de costumbre caminamos rombo al Motel, sin tomarnos de la mano, sin siquiera habernos besado. Ya adentro, pedimos una botella de ron con una de Coca – Cola, tuvimos sexo; bueno según ella “hicimos el amor”.

- Mi marido sospecha, no de ti, pero sospecha

- Tendremos que tener más cuidado entonces.

Ya vestidos, me sorprendí rompiendo la lámpara en su cabeza, llamé al conserje, rompí otra lámpara, les rocié el ron que quedaba y prendí fuego.

HASTA EL FONDO

Me encuentro sobre el borde del puente con la piedra amarrada a mi cuello, esperando que pase el viento y me empuje hasta el fondo del río, o mejor aun sobre esas rocas filudas que se ven en el fondo; espero al viento para al fin darle el gusto a aquellos que dicen debería estar muerto por el echo de ser marxista. Aquí terminará la vida en donde me fui desprendiendo de lo necesario hasta que las despedidas ya no eran algo emocionante.

Seguramente cuando aparezca mi cuerpo irán a mi pieza a buscar alguna carta de despedida entre mis cosas, abrirán mis libros, leerán mis escritos, encontraran la pila de weas raras que guardo y dirán que estaba loco, pero no encontrarán carta alguna. Especularán sobre las causas que me llevaron a tirarme, sin saber que ninguna de las que crean me importaban. No me importa el haber asesinado gente, mucho menos el haber robado, el haber pasado noches enteras tremendamente drogado tirado en la calle, no importa el haber terminado con mi polola, ni que otra mujer me dejara plantado 3 veces seguidas, no importa el haber sido expulsado del trabajo por llegar borracho y golpear a mi jefe, tampoco el estar en dicom ….

Sólo importa que fui un imbécil, que la traté como un animal golpeándola como un bruto, sin respeto alguno, descargué mi ira sobre ella sin compasión alguna, cuando en realidad sólo quería tocarla, acariciarla, un roce muy sutil es lo que deseaba y necesitaba, no haberla tratado como la bestia en que me convertí, si ya había pasado entre el Zanahoria y el Krewawa, y el guatón Guiñe estaba tirao en el piso; solo tenia que empujarla hasta el fondo del arco.

DESGARRO MUSICAL

Música de fondo
una guitarra alucinada
abriendo habitaciones inconclusas
un sin fin de notas cíclicas
flor roja creada por una negra
la postura incomprendida del sol
toma nueva estatura, nuevo pulso
la luna se asoma a pleno medio día
un grito desgarrado como de ultravida
destruye la añeja percepción
los ojos no funcionan
pero no son necesarios
ya que extrañas figuras
entran en el ser (o en el no ser)
mientras el mundo colorido de lo infinito
sufre la más feliz convulsión.

LA TARDE BOCA ABAJO (11-09)

Pasé toda esa tarde boca abajo saborendo el tibio gusto del pavimento capitalino que mientras más horas pasaban se contagiaba con el sabor del aliento apurado y vaporoso. Fue una oportunidad increible para apreciar la micro-arquitectura de la vereda que mirándola en detalle dejaba ver una serie de grietas, poros, gránulos que tal vez sean la razón del porque son destruidas y reconstruidas invierno tras invierno.

Pasó una hormiga que restregó sus antenas, me miró de reojo, luego de frente, me olió y siguió su camino ignorándome.

Yo permanecía ahi, era la posición más cómoda que podía encontrar en ese momento, donde solo veia los pies de la gente trotando, corriendo y de vez en cuando la caida de alguna colilla de cigarro. Trataba de escuchar pero descubrí que estaba demasiado apegado a mi vista y por primera vez sentí la necesidad imperiosa de tener ojos en la nuca, sin embargo, lograba entender todo lo que estaba pasando, y es que el mundo es en extremo predecible, muchas veces es cosa de sumar uno más uno, restar un poco y listo, sólo es una relación dialéctica.

Continué boca abajo oliendo el aroma del pavimento y apreciando que se teñía de rojo y se ponia tibio y mojado, ¡¡¡ERA SANGRE!!! y era de otros que estaban boca abajo, miré de reojo a La Moneda y la patada en las costillas con el fusíl en mi cabeza me hizo caer en razón. Ahí me dí cuenta que la lucha de clases -que había leido años atrás- realmente existía y que esta vez la estaban haciendo contra nosotros.